viernes, 28 de noviembre de 2014

Artritis psoriásica


La artritis psoriásica es una forma de inflamación crónica de las articulaciones que se caracteriza por enrojecimiento, hinchazón y dolor de las articulaciones afectas.
La artritis psoriásica afecta fundamentalmente a las articulaciones de los dedos de manos y pies, la columna lumbar y sacra, las muñecas y las rodillas. En algunos casos, si no se trata, puede provocar daños irreversibles en las articulaciones.

Entre el 10 y el 30% de las personas que tienen psoriasis desarrollan artritis, y ésta puede manifestarse en cualquier momento, aunque su aparición es más probable entre los 30 y los 50 años. No se puede saber de antemano quién tendrá artritis psoriásica, ya que no hay análisis de sangre que permita predecirlo. La gravedad de la artritis no tiene que ver con la extensión de la afectación cutánea.
 
Sin embargo, se sabe que las personas con psoriasis más graves y con afectación ungueal más importante tienen más probabilidades de padecer artritis.

En ocasiones, la afectación articular aparece meses o años antes que las lesiones cutáneas, o a veces las lesiones de la piel son mínimas y pueden haber pasado desapercibidas al médico e incluso al paciente. Si un paciente con psoriasis nota dolor o hinchazón articular, debe consultar al médico y preguntarle por esta posibilidad. El diagnóstico precoz de la artritis psoriásica es fundamental para evitar las secuelas comentadas.
En los análisis se encuentran pocos datos anormales, destacando alteraciones inespecificas de la inflamación: la velocidad de sedimentación globular (VSG), la proteina C reactiva (PCR) y otras, están ligeramente elevadas. Puede haber una ligera anemia, mientras que el nivel de ácido úrico en sangre puede estar alto. el factor reumatoide es negativo. El liquido articular contiene abundantes células (liquido sinovial inflamatorio).
No existe una única prueba para llegar al diagnóstico. Este viene dado por las caracteristicas especiales de la artritis en una paciente con psoriasis. Las pruebas complementarias basada en estudios radiográficos no varian en relación a otros procesos artriticos.
Hay algunas prácticas que pueden ayudar a mejorar la calidad de vida: se ha de adecuar siempre la dieta, evitar el dolor, hacer ejercicio aeróbico moderado y llevar costumbres sanas.

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